Impasse

En Gestalt hay un concepto fundamental que determina nuestra posibilidad de interactuar en el mundo de manera genuina: ese concepto es el de los mecanismos de evitación o de contacto, dependiendo de si los veo desde su aspecto negativo (evasión) o positivo (toma de conciencia de mí misma). Y esos mecanismos son 5: dos de mucha desconexión (el de «pantalla» y el de «rol»), en el que seguimos un guion impuesto que no tiene que ver con el desarrollo de nuestros potenciales. Luego uno intermedio, que es el que se llama «impasse». Y, por último, aquellos en los que ya estoy caminando y manifestando mi fuero interior, primero un poco torpemente (la «implosión»), y luego a plenitud (la «explosión»), en el que ya estoy viviendo desde mi autenticidad.

Buscando elemento que me hicieran comprender en qué situación me encuentro en este momento, encontré allí la respuesta. Me encuentro en «impasse». Es el momento en el que ya he dado pasos firmes hacia la transformación, hacia vivir la forma de vida que anhelo, pero todavía sin sentir que estoy pisando tierra firme, todavía sin saber lo que me espera o si podré afrontarlo. La característica principal de este estado es que no hay marcha atrás. Lo comprendí cuando leí en mis apuntes acerca de eso: “La sensación es: LA CONCIENCIA DE LA NADA; atascamiento, impotencia, confusión, ausencia, vaciedad de conceptualizaciones, objetivaciones y hasta de la propia intuición. El individuo se PARALIZA y DILUYE”. No hay nada y, sin embargo, no hay marcha atrás. Sólo queda la confianza en que esa sensación de vacío va a irse transformando en motivación y entusiasmo.

Y me preguntaba: ¿qué hacer para dejar de sentirme tan vacía, para dejar de sentir este sinsentido de seguir aquí mientras estoy aquí?

Y justamente, Aquí y Ahora es la clave, sazonada con una buena cantidad de confianza. Después de todo, no es la primera vez que, ante el umbral del cambio, me he sentido perdida. Confianza viviendo Aquí y Ahora, ese es el mantra que me ocupa hoy, esa es la única alternativa para afrontar lo que siento. Pero también la Intención: el mantra de que decreto que este proceso es fluido y está lleno de abundancia y paz. Resignificar el vacío y convertirlo en paz desde la confianza; resignificar el estancamiento para convertirlo en pequeñas acciones que aporten para el bienestar en este momento presente; resignificar esa sensación de dilución para convertirla en certeza de que, hoy más que nunca, estoy caminando hacia mí misma…